Latir más lento, más rápido o irregularmente son las pistas del corazón para revelar una arritmia.
En ocasiones, las arritmias pasan inadvertidas y se detectan casualmente cuando se realizan pruebas diagnósticas. Al confirmarse, el temor es una reacción natural. El corazón late de manera irregular, puede ser muy despacio o muy deprisa, sin una causa que lo justifique, y en algunos casos estas alteraciones pueden tener consecuencias muy graves.
José Ramón González, expresidente de la Sociedad Española de Cardiología, explica que una arritmia es un cambio anormal en la frecuencia con la que se contrae el corazón, por una alteración en los circuitos eléctricos que estimulan las fibras del músculo cardiaco.
Como su nombre lo dice, es una variación en el ritmo normal con el que debe latir este órgano. En un adulto sano en reposo, “el nódulo sinusal envía un impulso eléctrico para iniciar un nuevo latido entre 60 y 100 veces por minuto”, según el Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre de Estados Unidos.
La Sociedad Latinoamericana de Estimulación Cardiaca y Electrofisiología calcula que pueden ser 350.000 los colombianos que sufren de arritmias, una condición incluida entre los trastornos que afectan el corazón y los vasos sanguíneos, la principal causa de muerte en el planeta, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El corazón es un músculo aproximadamente del tamaño de un puño y posee un sistema eléctrico complejo. Genera su propia electricidad a través del nodo sinusal que es una especie de pila o generador que descarga un impulso eléctrico conducido por una red especial. Al tener contacto con el músculo cardiaco hace que se contraiga bombeando sangre a todo el cuerpo, explica la Liga Colombiana contra el Infarto y la Hipertensión.
Desde el nódulo sinusal, los impulsos eléctricos atraviesan las aurículas haciendo que los músculos se contraigan y bombeen sangre a los ventrículos.
Estos impulsos eléctricos llegan al nódulo auriculoventricular, que normalmente es la única vía para que las señales pasen de las aurículas a los ventrículos.
El nódulo auriculoventricular, tiene como función reducir la conducción eléctrica para que los ventrículos se llene de sangre. Cuando los impulsos eléctricos llegan a los músculos de los ventrículos, estos se contraen, lo cual hace que bombeen sangre hacia los pulmones o hacia el resto del cuerpo.
Cuando hay un problema en alguna de las fases de este proceso se puede producir una arritmia. En este sentido, los especialistas de la Fundación Española del Corazón destacan que las arritmias cardiacas aparecen por alguno de estos tres motivos: “El impulso eléctrico no se genera adecuadamente; se origina en un sitio erróneo; o los caminos para la conducción eléctrica están alterados”.
Por ejemplo, la fibrilación auricular, la arritmia cardiaca más frecuente, se caracteriza por la descoordinación del ritmo de contracción de las aurículas.
En las arritmias, el corazón puede latir demasiado rápido, demasiado lento o de manera irregular. “Los latidos demasiado rápidos se llaman taquicardia, y los que son demasiado lentos se conocen como bradicardia”, señala el instituto estadounidense.
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